Gerardo de la Calle, el tsunami de Villalba de Duero
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- Categoría: Denuncia ecológica
- Publicado el Jueves, 17 Noviembre 2011 01:55
- Escrito por Mariano Herrero
La empresa Gerardo de la Calle es destructora del medio natural, de fincas propias, así como caminos de servidumbre y acequias públicas; realizando unas megaextracciones fuera de control y sin ningún miramiento hacia terceros, se lleva las zahorras de caminos y acequias diciendo que reparará los daños ¿ pero qué repara ? ¡si se lo lleva por la cara!, y es un valor irreparable e imposible de restituir a su sistema natural, además de que no indemniza los daños a terceros, como ya hay constancia de hechos anteriores.
¿Hasta cuando seguiremos contemplando los vecinos de Villalba de Duero este desmán, impasibles y sin mover un solo dedo?
¿Es que todos somos estómagos agradecidos, o solamente algunos?
Cada cual es muy libre de pensar lo que quiera.
En pocos años con esta extracción de áridos en la zona afectadas quedará un paisaje desolador, donde la empresa se atreve a allanar los grandes huecos de la gravera con restos de escombros de su fábrica con materiales contaminantes ocasionando dos males:
uno modificando el paisaje natural y otro remodelando la zona alterada de forma inapropiada.
¿Esas tierras qué van a producir en el futuro? ¿Cuándo tiempo pasará en crecer una nueva vegetación?
Desgraciadamente nosotros no podremos verificarlo, pues tardarán siglos en restaurarse al estado primitivo.
Las parcelas que compra, en teoría las paga unas cuatro veces su precio medio de mercado en la zona, por lo que algunos vecinos propietarios acceden a vender sus fincas, mientras que otros que no ceden a sus pretensiones se ven avasallados, atosigados e indefensos, al mismo tiempo que la finca queda acorralada de una forma poco ética y sin razón para obligar en cierta manera a su venta, pues de lo contrario, las fincas se quedan yermas y sin ningún tipo de futuro agrícola.
Esta práctica sólo se emplea en países subdesarrollados y sin democracia para la captación de derechos medioambientales desplazando a los colonos de su hábitat para enriquecimiento de las grandes fortunas multinacionales.
Pero ¿dónde están los órganos competentes para la autorización del proyecto para su seguimiento y vigilancia, así como la alta inspección de la Consejería de Medio Ambiente de Castilla y León como órgano ambiental? Parece que no existen.
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